jueves, 8 de septiembre de 2011

.Ayer Vi Volar.

Hoy llevo tres días aquí, ayer llevaba cinco y creo que el día después de mañana llevaba ocho o diez, eso fue hace mucho tiempo ya, eso tan lejano se me olvida. Lo que no se me olvida, de lo que me acuerdo antes de abrir los ojos por primera vez cada día es que tanta luz me va a molestar los ojos, me los lastima, todo es blanco, las paredes, el lavamanos, el inodoro, las sabanas y mi camisa, todo ese blanco me molesta en los ojos, pero como no puedo tapármelos con las manos porque esas están por allá lejos a penas despertándose, me lástima. Intento cerrarlos pero no puedo porque aquí ya están ellas, mis amigas, las que vienen a visitarme cada día a exhibir y a antojarme de andar con ellas con todos esos vestidos de colores, esos brazos grandes que se extienden y se mueven rápido tan rápido que algunas veces no las veo alejarse, se pierden entre esa, luz, de nuevo esa luz blanca que me molesta y me impide seguir, seguirlas. Y lo veo, lo veo todo con estos ojos que me lastiman porque los lastimaron y los siguen lastimando, lo veo, a ese blanco, las veo a ellas por ese cuadro transparente por donde entra ese blanco, ese blanco iluminado, prendido. Hoy le conté a Martha, esa de al lado, la que no tiene mucho pelo pero el que tiene es largo y negro, le dije, le conté que ella eran mis amigas pero que siempre se iban. Ella grito y grito a la hora del almuerzo, hasta tiró su comida, intentó pegarme pero los dueños del lugar, esos que vienen vestidos de blanco, ese blanco que me lástima, llegaron y me empujaron y a ella intentaron tomarla de los brazos, los demás comenzaron a gritar y a empujar todo, yo los miré con mis ojos lastimados, ella mientras hacía fuerza para soltarse alcanzó a acercarse al lado de mis orejas, esas que están cerca de mis ojos lastimados, y me dijo que corriera, que corriera lo más rápido que pudiera y subiera y las imitara y podría irme como ellas, con ellas, que hiciera lo mismo…se la llevaron, la alejaron de pronto mientras todo se rompía y ellos perdían el control intentando controlarlos, yo miré para todos los lado con mis ojos, mis ojos lastimados que se lastimaron más por todo ese blanco a mi alrededor, corrí lo más rápido que puede, pasé por la puerta donde nos daban las vitaminas que nos salvan todos los días, subí las escaleras, abrí una puerta y más luz, blanca, todo se hizo blanco y yo corrí, corrí hasta el borde.

viernes, 29 de abril de 2011

.Comedia de la Vida real.

¿Qué es gracioso?
¿Cuándo vemos a una persona que camina y resbala en el piso?
¿Cuándo se habla mal de otro y eso se apoya en más habladurías?
o cuando tienes la boca al frente que te dice una cosa pero cuando ya no la oyes porque ya no está al frente tuyo dice otra¿?
Las dos últimas pueden ser graciosas pues dejan ver quién tienes al lado y saber qué puedes esperar de ésta(S) persona(S). La dualidad constante de muchos seres que se basa en el interés personal, esa gran palabra que al parecer me he dado cuenta muchos seres la tienen marcada en su espíritu y en su carne, esa que empieza por "H" y que tiene "hipo" pero debería dar vergüenza, perdón quienes la poseen no conocen el significado de la que comienza por "V".

sábado, 2 de abril de 2011

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miércoles, 23 de marzo de 2011

y… ¿“el vacio como el principio de las cosas”?

Y ahí estaba, en el medio de la nada o en el centro de todo. Queriendo gritar. Gritando. Queriendo ser escuchado, ser visto, recibir una mano amiga. Queriendo opacar a quien lo escucha, a quien decidió tenderle una mano para que la considerase amiga. Se daba cuenta por fin que había estado ahí siempre. En el mismo lugar y bajo las mismas condiciones, sólo que ese día luego de los primeros pensamientos abrió los ojos sin proponérselo, los abrió y se dio cuenta de la realidad, de la soledad y el vacio que alguna vez no habían estado ahí o que no había sentido.

Bienvenue à Clownland

Todos estaban ahí o por lo menos parecía que estaban todos. El aire era denso, el alboroto como de costumbre, la algarabía peor. Al parecer si estaban todos. Y reían, hablaban, se interrumpían, se callaban y volvían a retomar. Uno se paraba en la silla, el otro brincaba, unos miraban e intentaban saltar, otros imitaban, unos cuantos lloraban pero aun así el maquillaje permanecía intacto, esa gran mancha roja que formaba una sonrisa tan falsa como el exterior intentaba opacar sin necesidad alguna todo ese rostro, como los demás el espacio y la atención. Las lágrimas caían, la sonrisa permanecía. La verdadera relación del interior y su antagonista.

Y mientras unos lloraban los que habían podido saltar o pararse en la silla esperaban atentos el momento en que las lagrimas intentaran dar señas de cesar, para así cambiar los trucos de flores por grandes y largos filos que transformarían esa tinta de la nariz en una de un color similar pero imborrable, porque al fin al cabo hasta en la tierra de los circos, donde abundan estos seres la amenaza es latente y la competencia constante.

miércoles, 16 de marzo de 2011

-Recordé-te-Encontré-

Ahí estaban. Ahí estábamos. En montones y montañas. Mezclados y por orden, pero no tanto, de varios colores y tamaños. Y estaban. Yo también estuve. Estoy. Y en algunos momentos son altos, gigantescos y en otros pequeños, regados, pero no importaba, todos volaban o intentaban hacerlo. Pero, estaban en una superficie. Todos compartían la misma, sin importar en qué posición se encontraran. Sin importar a qué distancia se encontraran. Todos estaban ahí. Yo también estuve, aunque creía que quizá no había estado. Algo me decía que si. Busqué y miré. Moví, desacomode, pero sin importar, todo volvió a quedar ahí. Sabía que estaba. Sin importar el desorden fui acercándome cada vez más. Pude asegurar que ahí estaba. Y… si, ahí estaba. Ahí estuve. Ahí te encontré.

jueves, 6 de enero de 2011

.Baila, la música ha muerto.

Y entonces la iban matando cada tres minutos o en algunos casos hasta seis y siete, pero lo más tenaz era que caía una y comenzaban con la otra, y la gente alborotada, contenta y aterrada. Sólo unos cuantos quedábamos en pie, otras sentadas esperando que se estiraran los brazos y saliéramos corriendo o intentando hacerlo pero en un punto fijo. Pero nada, yo con eso no la voy, me miran esperando que haga algo, que no simplemente me quede evitando lo que pasa, que estire el brazo. Cuando intento pensarlo por segunda vez ya se va muriendo y cuando comienza la nueva desisto. Quiero salir y correr, pero de verdad, con un movimiento que me aleje de esos ojos expectantes que no hacen más que acusarme, pero yo me acuso de estar donde no quiero, de ver lo que no comparto y de oir algo que suscita algo tan distinto a lo que veo.