Acabo de llegar a Palermo. Después de unas cuantas paradas para conocer e intentar soltar y reconocer. Hoy la muerte está presente como el aire, no se puede hablar de lo uno sin lo otro, los opuestos, las realidades, la vida sin la muerte, la muerte sin la vida. Afrontar y reconocer, aceptar y continuar, vivir y superar.
Luis me escribía de manera constante. Antes de su muerte, había estado escribiendo algo. Hacía poco habían llegado de un viaje, habían recorrido una parte Italia. Luego de llegar pudo conocer Palermo, la cual no había visitado, la vio en una película; Luis había quedado enamorado. Junto con lo anterior, comentaba en la carta que la próxima vez que hicieran un viaje sería primero a Palermo y luego a los otros destinos y quería que yo los acompañara. No hubiera dicho que no, pero a la larga no podía decir nada, la carta no llegó a mis ojos sino después de la muerte de Luís; Ramón decidió mostrármela justo antes de irme.
Hoy he decidido hablar con ramón, preguntarle por Luis. Las cenizas siguen en su apartamento. Le he hecho una propuesta, como cual película me siento en un gran cliché, cliché que poco me importa ante los deseos de mi primo. Ramón acepta viajar conmigo.
El bar puede funcionar sólo, con sus colaboradores por unos días. Laura además de la encargada de la repostería, se ha convertido en un apoyo aunque ella poco lo sospeche, decidió colaborar debido al viaje. Le confío, más que en nuestros diálogos que han sido pocos, en su ser.
Hoy estoy aquí, al igual que él. Ramón nos acompaña, te acompaña. Has estado aquí tres días. Y te quedaras en cuerpo. Pero en nuestro ser, mente y corazón quedaras por siempre.
Y Gabriel los llevó hasta Palermo, pero ¿ni siquiera lo menciona? O será que caminaron un rato por el mercado, o por las calles de esa ciudad sintiéndose como en una película...
ResponderEliminarno era mi intensión dejarlo por fuera sino tratar de entrelazarlas conociéndolas o lo había pensado en el regreso, en otra entrada, pero no se hasta qué punto pueda meterme con Gabriel, es decir cuanto puedo ponerlo a interactuar con Ezequiel.
ResponderEliminarMateo, es cierto, si hay algo que no se entendía muy bien, te envío los cambios:Y Gabriel regresó, según le dijo a los otros vecinos del lugar, un hombre muy silencioso y melancólico llamado EZEQUIEL llegó una mañana hasta el embarcadero en Adrià de Besòs y le pidió que lo llevara hasta Palermo porque no podía aplazar más una cita que tenía hace mucho tiempo atrás y con la persona más especial de su vida, quería cumplirle su último deseo. Pero algo pasó en Palermo que embelesó a Gabriel y casi no puede lograr salir de ahí.
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